Yo ya la había visto en la Metropolitan Opera de New York (nada menos) hace un par de años, pero quería ver la puesta del Colón y también ver cómo había quedado la sala después de los arreglos y refacciones que llevaron casi cuatro años.
Afortunadamente, el magnífico teatro está igual de magnífico, sólo que más reluciente y renovado. Se temía que al retirar las butacas y remover tapizados y arreglar paredes y mamposterías el teatro pudiera perder su maravillosa calidad acústica. Pero por suerte eso no ocurrió y seguiremos disfrutando de esta maravilla arquitectónica que los porteños tenemos la suerte de tener tan cerquita.
Tengo que reconocer que el Met de New York es más espectacular. Su entrada es más espectacular, su hall de entrada, sus escaleras, y la vista desde la platea, por la amplitud del recinto - que es mucho más moderno que el Colón, realmente impresionan.
Pero el Colón, con su tradición, su barroquismo, y su magnífica acústica, es toda una joya digna de ser apreciada.
He aquí una foto del interior, un ratito antes de que comenzara la función, ya con la orquesta en el pozo. De más está decir que no se pueden sacar fotos en el teatro, pero muchos, como yo, a hurtadillas, no pudimos evitar tratar de tener un registro de esta hermosa sala.
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