01 julio, 2010

Bicentenario - 2da. parte


Tengo la suerte de vivir en Buenos Aires y, además, cerca del lugar donde se realizó el Paseo del Bicentenario: la amplia Avenida 9 de Julio y el Obelisco.



Por eso pude ir varias veces en diferentes momentos.
Primero fui el viernes 21 de mayo por la noche. Ya eran las 22 hs y los stands estaban cerrados, pero pude disfrutar de un recital de rock que estuvo buenísimo. También pude apreciar ahí de qué se trataba todo, así que volví el sábado, más tempranito, para poder visitar los stands.
De todos modos, había mucha gente y no pude visitarlos todos. Tenía la intención de comer en los puestos de comida, pero... ¡la comida se había terminado! La cantidad de gente superó todas las expectativas.
Hubo desfiles de las comunidades americanas y de inmigrantes, pero bastante más temprano, a la mañana y al mediodía. Y el sábado también hubo un desfile militar.

Las tradicionales librerías de la Av. Corrientes estaban abiertas, como también, por supuesto, todos los restaurantes y los teatros.


El domingo por la tarde llovió a cántaros y ello obligó a los organizadores a reprogramar las actividades para el lunes.

El lunes era la reapertura del Teatro Colón, que está a un par de cuadras del Obelisco y del Paseo. Y allí fuí. Impresionante la cantidad de gente.
No sólo en la Av. 9 de Julio, sino que también en varias cuadras a la redonda las calles estaban plagadas de gente. El tránsito había sido cortado, obviamente, y la gente iba y venía por las calzadas en forma despreocupada y felíz. Sí, felíz. Eso era lo que se respiraba en el ambiente.



Gente de todas partes. De Buenos Aires, del Gran Buenos Aires, de otras provincias. Jóvenes, adultos, niños, mayores. También había muchos extranjeros, residentes y turistas. Realmente difícil de describir.
La Avenida Corrientes el sábado 23 de mayo, a las 22 hs., más o menos. Impresionante.



Yo había visto movilizaciones de gente en EE.UU., por ejemplo, en ocasión de que ganaran los Yankees, o en otros festejos - el desfile de Acción de Gracias, o la maratón de New York, o el desfile de Columbus Day (festejo por el 12 de octubre), pero nunca algo como esto. Que, además, duró varios días, y que iba in crescendo.

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